martes, 1 de junio de 2010

EL EQUIPO DE PESCA DEL BUEN PESCADOR

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“Mi mayor preocupación es que mi esposa (Cuando yo muera) venda todo mi equipo de pesca por lo que yo le he dicho que me ha costado”.
~ Koos Brandt
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Para ser buenos pescadores tenemos que pescar de manera inteligente. Ya vimos que la forma más inteligente de pescar consiste en que lo que hagamos tienda a afectar en lo mínimo el medio ambiente, a lograr todo lo que podamos para que los factores nocivos cesen de destruir los lugares de pesca, y en devolver al agua los peces que capturamos en el mejor estado posible.

No importa qué modalidad de pesca deportiva nos guste más, si pesco con carnada natural en anzuelo, con señuelos rígidos o de plástico flexible (Silicona) o si pesco con mosca, cualquier forma de hacerlo está bien si lo hacemos en respeto del medio ambiente y del pez. Cualquier modalidad de pesca deportiva que practique me matricula como pescador deportivo, y la que yo prefiera no me hace mejor o peor pescador. Mi nivel dependerá de mis habilidades, de mis conocimientos, de mi experiencia y de mi ética al pescar.

Para ser un buen pescador tampoco importa qué tanto dinero le invierta a mi equipo de pesca. No me hace mejor pescador el hecho de tener equipos costosos o grandes cantidades de cañas y carretes, o cientos de señuelos. Sólo necesito que el equipo que tenga sea de buena calidad para que me asegure una experiencia de pesca placentera, ya que nada puede haber más frustrante que perder una buena captura o un buen día de pesca por un equipo que se rompió debido a que era de mala calidad o porque estaba en malas condiciones de mantenimiento. Para ser buenos pescadores debemos tener un equipo de buena calidad y en buenas condiciones, no importa qué tantas cosas o qué tan costosas.

Es común ver que en la medida en que los pescadores vamos adquiriendo más experiencia y nos sentimos cada vez más “expertos”, vamos pasándonos a equipos más livianos, ya que los consideramos más deportivos, y a nosotros mismos nos consideramos mejores pescadores en capacidad de pelear un buen pez con una línea delgada y una caña ligera. Confrontemos esta idea un poco, ya que podemos estar mal enfocados y nos podemos pasar al rango de “malos pescadores” sin saberlo.

En primer lugar debemos ver que un buen pescador que pesca con un equipo más pesado o fuerte para determinado tipo de peces, no es un mal pescador. Sólo es eso, un buen pescador con un equipo más fuerte. Así de sencillo. Por otro lado pensemos que un equipo ligero, que normalmente se traduce en una línea más delgada – y por lo tanto de menor resistencia – es mucho más propenso a romperse por la acción del pez o por otros factores que se involucran en la pesca como ramas, algas, piedras, etc. Así seamos los mejores pescadores del mundo, si pescamos con una línea muy ligera para el pez que buscamos (por ejemplo, una línea de 4 libras para pescar truchas en lagos, o una línea de 8 libras para pescar pavones), estaremos aumentando las probabilidades de que el pez reviente la línea al pasar por una piedra y que se escape con un señuelo enredado en la boca del que cuelgan 20 metros de línea que tarde o temprano acabará inmovilizando al pez en una planta y matándolo, cuando no sea que esa línea termine enredada en las patas de un ave pescadora, matándola también. Estamos de acuerdo que en ese caso pasamos de creernos excelentes pescadores a ser en la realidad malos pescadores. Pero el tema del equipo ligero tiene un fondo más profundo.

Si yo voy a pescar con un equipo demasiado liviano para el tipo de pez que busco, me estaré sometiendo a una prueba difícil como pescador y a la vez estaré sometiendo al propio pez a una prueba más difícil aún para la conservación de su vida. Miremos un ejemplo, si voy a pescar payaras con una línea de 10 libras en vez de una de 20 libras – considerada el estándar para esa pesca – la pelea con el pez se extenderá, de acuerdo con el cálculo matemático de probabilidades, entre dos y cinco veces su duración normal, y con eso el pez tendrá de dos a cinco veces más posibilidades de agotar sus reservas mínimas de energía para vivir, más riesgos de enredarse con la línea y de ocasionarse daños serios en escamas, aletas o branquias, muchas más posibilidades de hacerse más daño con los otros anzuelos del señuelo en ojos, agallas o en la lengua, más ocasiones para que otros peces, como pirañas u otras payaras, lo ataquen y le ocasionen daños irreversibles, más oportunidades de golpearse con piedras o palos, en general se multiplican los peligros para el pez de salir muerto o en muy malas condiciones de la pelea.

LÍNEAS DE PESCA

Una línea justa, o más fuerte aún, no nos quita lo buenos pescadores que somos, y sí le da al pez más probabilidades de volver en las mejores condiciones al agua para seguir viviendo, para reproducirse, y para crecer un tanto más y así darnos la esperanza de pescarlo más grande en el futuro.

La línea debe estar en buen estado para que el pez no la reviente. Debemos revisar nuestra línea de pesca cada vez que capturamos un pez, cada vez que se nos entorche o cada vez que se enrede en algo, sobretodo los últimos tres o cuatro metros que es donde tiene más posibilidades de haber sufrido algún daño que haga que por ahí se reviente y el pez se escape con el señuelo (o anzuelo) y unos metros de línea que lo harán enredarse luego.

NUDOS

Así tengamos una línea fuerte y en buen estado, si hacemos mal el nudo que la conecta con el aparejo terminal, el anzuelo o el señuelo, también estaremos incrementando las posibilidades de que el pez se escape con parte de nuestro equipo enredado en él. Los nudos son parte de las habilidades que tenemos que desarrollar los buenos pescadores, no nos contentemos con el que aprendimos de nuestros abuelos ya que este tema ha avanzado mucho de la mano con los nuevos materiales sintéticos para hacer los diferentes tipos de líneas. La resistencia de una línea viene dada para su estiramiento (Rotura por elongación), de modo que una línea de 6 libras de resistencia se reventará cuando tenga en un extremo un peso mayor a seis libras exactas, pero en el nudo las fuerzas de tensión y fricción cambian mucho respecto de las demás de la línea, y ahí es mucho más probable que la línea se reviente con tensiones producidas por pesos mucho menores. Un nudo corriente como el “clinch knot” tiene un índice de resistencia del 68%, eso quiere decir que si está hecho en una línea de 6 libras, la resistencia real de la línea se reduce a 4,08 libras. Investiguemos cuáles son los nudos más fuertes y aprendamos a hacerlos para que nos vaya bien en la pesca, para no perder anzuelos y señuelos, y para no dejar a un pez en condiciones en las que sea muy probable que muera con posterioridad.

ANZUELOS

El anzuelo es el instrumento que engancha al pez mediante la penetración de su punta en sus tejidos vivos. Aunque es la última parte de nuestro equipo que hace contacto con el pez, es la primera que debemos tener en cuenta para hacerle el menor daño posible a ese pez.

Los anzuelos que usemos no deberán ser excesivos en tamaño, grosor y forma de la punta, para el tipo de pez que buscamos capturar, ya que un anzuelo muy grande, grueso y fuerte en la boca de un pez pequeño le causará heridas desproporcionadas que le tomarán más tiempo en sanar con directas consecuencias negativas en su capacidad de alimentarse adecuadamente, además de aumentar las posibilidades de una infección que le pueda ocasionar la muerte. Por otra parte, anzuelos muy pequeños para el tipo de pez que buscamos, harán que se produzcan desgarros y heridas abiertas de mayores proporciones. Pensemos en el anzuelo justo para el pez que buscamos y así le damos más oportunidades de sobrevivir en buenas condiciones a la captura.

El tipo de anzuelo que usemos también es muy importante para que tengamos una buena pesca:

- Los anzuelos de pata larga tienden a causar heridas complejas durante la pelea con el pez en los tejidos en donde se han clavado, ya que al estar su punto de fuerza (En donde el anzuelo se conecta con la línea o el girador) más lejos del punto de anclaje (En donde está clavado el anzuelo), el anzuelo tendrá mucho más efecto de palanca hacia el lado en que la línea hace tensión en cada momento de la pelea. Pensemos en que nos clavamos el anzuelo de un señuelo en el dedo. Si ese anzuelo está pegado a un señuelo que pesa, sentiremos la tensión en sólo sentido y será doloroso, pero luego de poderlo extraer de nuestro dedo sólo quedará una herida pequeña con una trayectoria profunda, pero pequeña. Otra cosa es si en ese mismo señuelo que tenemos adherido al dedo está enganchado un pez retorciéndose y dando saltos para liberarse, lo que sin duda haría que el anzuelo entre nuestro dedo gire en varias direcciones de manera brusca, con lo cual ya tendríamos una herida muy fea y un dedo destrozado por dentro. Así funcionan las fuerzas en un anzuelo, de modo que si usamos anzuelos que se muevan lo menos posible en su punto de anclaje, le aseguraremos al pez una herida más limpia y fácil de sanar.

- Un anzuelo corto puede quedar dentro de la boca del pez y así la línea quedaría expuesta a los dientes con un gran riesgo de que se corte, cosa que haría que perdamos nuestra captura y que el pez se vaya con el anzuelo enterrado en su boca con las consecuencias negativas de no poderse alimentar y de tener un foco de infección potencial. Este inconveniente lo solucionamos si utilizamos un girador o un líder, que puede ser metálico o de nylon más grueso, con lo cual lograremos que la línea no esté expuesta al borde de la boca del pez.

- Los anzuelos que normalmente usamos, sean de cualquier longitud o curvatura, son los tradicionales anzuelos en “J”, que penetran los tejidos del pez en el punto exacto en donde la punta del anzuelo hace presión contra el tejido, y eso puede ser en la boca del pez, en sus agallas, en su esófago, en la lengua o por fuera de su boca, en una aleta, en un ojo o en la cola. El uso de estos anzuelos es menos nocivo cuando practicamos pesca de lanzado y recogida con señuelos o moscas, ya que en el momento del pique el pescador debe rematar y eso hace que el anzuelo quede clavado, casi en la mayoría de los casos, en las partes más externas de la boca del pez. Pero si hablamos de pesca con carnada natural a fondo, a la deriva o con flotador, veremos que el momento de rematar (Con un golpe seco o tirón a la caña) para que el anzuelo se clave, se hace normalmente unos segundos después de que sentimos que el pez tiene la carnada en su boca. En esos segundos el anzuelo ya puede ir a la altura de las agallas o por el esófago o el estómago del pez, lo cual hará que después sacar el anzuelo con poco daño para el pez sea virtualmente imposible. Para esto crearon los anzuelos en círculo (Circle hooks).

Los anzuelos en círculo que ya son norma obligatoria para la pesca de carreteo de marlines y atunes en los mares de Costa Rica, Panamá, Belice, las islas Azores y en algunas partes de Estados Unidos y México, tienen una característica interesante que consiste en que cuando el pez se traga la carnada y el pescador remata, el anzuelo no se entierra en cualquier parte sino que se desliza hasta el borde de la boca del pez, y por la simple acción de la fuerza de la línea, el anzuelo en círculo se clava en el borde mismo de la boca, en donde el pez generalmente tiene tejidos más duros y resistentes, y gracias a lo cual el enganche de ese anzuelo será muy poco dañino para el pez y nos facilitará mucho la labor de liberarlo. Nada dice que este tipo de anzuelos no pueda ser usado para atar moscas o para reemplazar los anzuelos triples de señuelos, sólo se requiere del desarrollo de nuevas habilidades de parte del pescador. Pensemos en que son una excelente práctica para ser buenos pescadores cuando pescamos con carnada natural a fondo, a la deriva o con flotador, y que podemos usarlos en las modalidades de pesca de lanzado y recogida haciéndonos así pescadores más especializados y profesionales.

- Los anzuelos triples - o dobles, o cuádruples – nos imponen un par de reflexiones adicionales. Para empezar, no son la mejor opción para tener el pez enganchado durante la pelea, ya que al tener tres extremos terminales contrapuestos, cada movimiento del pez o cada tensión de la línea harán que se generen palancas que tienden a sacar de su sitio la punta que está clavada. Todos somos conscientes de que un pez enganchado con un anzuelo simple tiene muchas más posibilidades de ser tocado por el pescador que uno que está clavado por un anzuelo triple. De otra parte los anzuelos triples con seguridad van a ocasionar heridas y escoriaciones adicionales al pez durante la pelea, un sufrimiento adicional y un riesgo innecesario para nuestra buena pesca. Hemos visto lo difícil que es desenganchar un pez que tiene dos o tres puntas de un anzuelo triple clavadas en la boca. Pensemos en cuánto podemos reemplazar los anzuelos triples de nuestros señuelos por anzuelos sencillos, de una sóla punta. Esto sería una práctica que le haría mucho bien a los peces que capturamos y liberamos para que continúen viviendo, creciendo, engordándose y reproduciéndose de manera normal, para que sigan poblando las aguas que pescamos y nos sigan proporcionando una buena pesca.

Anzuelos oxidados o deteriorados son la causa de que muchos peces mueran por infecciones o por el efecto de pedazos de esos anzuelos que les quedan enterrados debido a que se han partido durante la pelea. Pensemos en utilizar anzuelos en buenas condiciones para hacer una buena pesca en la que aseguremos las capturas y en la que le garanticemos menores riesgos a los peces.

Para el caso en que el pez se escape con el anzuelo enterrado, hay pescadores que afirman que es mejor que el anzuelo sea de acero corriente recubierto en bronce, como los que conocemos para agua dulce, ya que, según ellos, ese anzuelo se oxidará y se deteriorará más rápido que si fuera uno de acero inoxidable, debido a lo cual terminará por caerse más pronto del pez, librándolo así de ese factor de riesgo. Apelan a las defensas del organismo del pez para esto. Los otros que han tocado el tema, aseguran que es mejor el uso de anzuelos en acero inoxidable ya que el anzuelo se caerá del pez por su simple movimiento y por la inflamación del tejido que circunda al objeto extraño que terminará por expulsarlo, y que esto es preferible a un anzuelo oxidado que se expande y llena la herida de partículas a las que se adhieren las bacterias que podrían terminar causándole al pez una muerte por infección. Al parecer no hay estudios científicos que respalden con hechos una u otra teoría, debido a lo cual es mejor que utilicemos equipos y líneas fuertes, que hagamos buenos nudos y que peleemos de la mejor manera el pez para que no tenga muchas oportunidades de reventar la línea y marcharse con un anzuelo enterrado en la boca, algo que lo sentenciaría a morir o a tener una vida en clara desventaja respecto de la competencia por la comida y por la procreación, y algo que ya no estará en nuestras manos desafortunadamente, así se trate de anzuelos recubiertos en bronce o cromo, o de anzuelos en acero inoxidable.

ANZUELOS SIN BARBA


La barba, rebaba o “muerte” del anzuelo es un corte diagonal en la base de la punta del anzuelo que crea una pestaña o levantamiento en dirección contraria y que sirve para que el anzuelo no se salga del lugar donde se clavó si la línea de pesca deja de tener tensión.

La justificación de esta característica del anzuelo tiene que ver más con la pesca para matar al pez que con la pesca deportiva, poco tiene en cuenta el daño que se le inflija al pez o el sufrimiento que le cause. En la práctica, si pescáramos para matar los peces, es muy probable que lo hiciéramos de una manera que fuera más productiva y que nos requiriera menos esfuerzo, total no estaríamos pescando para divertirnos ni para evolucionar como mejores seres humanos, y utilizaríamos líneas con uno o muchos anzuelos que dejaríamos por horas amarradas a la orilla de modo que los peces que se engancharan al anzuelo deberían quedar atrapados sin que del otro lado de la línea se les estuviera generando alguna oposición, hasta que volviéramos a recoger las líneas. Para una pesca de estas características sería útil la barba o “muerte” del anzuelo.

Pero como somos pescadores deportivos, vamos a estar muy pendientes del pique del pez, lo vamos a rematar y lo vamos a traer mediante la recogida de la línea con nuestro carrete, siempre manteniendo tensionada la línea ya que el pez se escapa durante la pelea la mayoría de las veces cuando se destiempla la línea y el anzuelo se sale de su posición. Una cosa nos debe quedar clara:

SI MANTENEMOS LA LÍNEA TENSIONADA, EL ANZUELO NO SE SALDRÁ DE DONDE ESTÁ CLAVADO.

Esto quiere decir que si somos pescadores deportivos no necesitamos esa “ayuda” especial que nos puede dar la barba o “muerte” del anzuelo. Con el hecho de desarrollar nuestras habilidades un poco más y de ser lo suficientemente sensibles durante la pelea para que la línea no se destiemple, el pez no tendrá razones para soltarse. No es fácil renunciar a esta ayuda extra; puedo decir que a mí me ha costado trabajo dejarla a un lado, pero cuando comprobamos, de pronto no al principio, que seguimos capturando los mismos peces con anzuelos con barba o sin ella, le quitaremos la barba a nuestros anzuelos cada vez que vayamos a utilizar uno nuevo. Para hacerlo sólo se requiere de unas pinzas fuertes que nos permitan aplastar la barba y dejar la punta sin pestañas que la traben en los tejidos del pez.

Los anzuelos sin barba son muy fáciles de quitar del pez, muchas veces se caen solos cuando ya tenemos al pez en nuestras manos. Si utilizamos anzuelos sin barba o “muerte” contribuimos en gran medida a que el pez pueda vivir y desarrollarse bien sede el momento en que lo liberamos.

De otra parte, los anzuelos con barba son un peligro mayor para nosotros cuando ocurre un accidente y nos enterramos el anzuelo. Para sacar un anzuelo sin barba de un dedo o una mano, basta con jalar de éste y se acabó el problema. Cuando tienen barba es necesario aplicar procedimientos más complejos como la técnica de la cuerda si no se ha enterrado mucho, o continuar la trayectoria del anzuelo entre nuestra carne, vasos sanguíneos, tendones y nervios, hasta que salga por otro lado, para así poder cortar la punta del anzuelo, que tiene la barba y no permite que se devuelva. Esto será posible sólo si tenemos un cortafríos fuerte a la mano, porque si no ya el asunto se va para un hospital, y se acabó esa pesca sólo por no quitarle la muerte al anzuelo.

Debemos anotar en este momento que no todos los buenos pescadores, es decir, los que están a favor de mantener la pesca hacia el futuro, están de acuerdo con el tema de aplanar la barba o “muerte” del anzuelo. Una corriente minoritaria sostiene que un anzuelo con barba se quedará siempre en el mismo lugar y que un anzuelo sin barba tenderá a moverse dentro del punto en donde está clavado y con eso le causará heridas internas al pez en el punto en donde está enterrado. Esto es un tema bastante complejo que deberá ser estudiado de una manera científica ya que son muchos los factores que pueden influir, como el tamaño y la forma del anzuelo, el tipo de pez y la morfología de su boca, la pelea en particular, la forma de pelear al pez del pescador, etc., variables que pueden hacer que esa teoría sea digna de ser considerada o no. Personalmente creo que si yo le destiemplo la línea al pez durante la pelea, el anzuelo se va a mover dentro del agujero inicial en los tejidos así tenga o no tenga barba. De todas maneras veamos que cuando sacamos un anzuelo con barba de la boca del pez, el agujero de salida es grande e irregular, y de él brota más sangre, eso nos muestra que el sólo hecho de sacar un anzuelo con barba ya le causa un daño innecesario al pez. Soy del criterio de que se le hace más daño al pez con anzuelos con barba que con anzuelos sin ella.

SEÑUELOS

Los hay rígidos, articulados, de plástico, de madera, de silicona, grandes, pequeños y medianos, largos, metálicos, cortos, gruesos, de superficie, de profundidad y de media agua, brillantes, de colores fluorescentes, hechos a mano o en serie, artesanales, de colección, con cascabeles, con chips electrónicos, de peso movible, bonitos, feos y repugnantes, de colores atractivos, nuevos, de segunda mano, sucios o limpios, olorosos, japoneses, europeos o chinos, de acción ondulante o vibradora, y mil clasificaciones más. Todos y cada uno de ellos tienen una razón de haber sido inventados y unas fortalezas para capturar peces, eso no lo discutiremos ahora. Como buenos pescadores nos interesa usar, además de los que más peces atraigan, los que menos daño le causen al pez. Cualquiera de esos tipos de señuelo será bueno si lo usamos de manera que no dañe los peces.

Un señuelo maltrata más al pez mientras más anzuelos tenga, lo demás no tiene porqué hacerle daño. Debemos ser conscientes de que sólo se necesita un anzuelo sencillo para capturar un pez, de modo que lo que pase de ahí, sobra. Recordemos que casi siempre que hemos usado señuelos con tres anzuelos triples, el pez que capturamos sale clavado de un ojo o de las agallas, y eso es algo que no queremos si estamos pensando en que ese pez debe sobrevivir en buen estado para que no se altere el ecosistema en donde vive y para que lo podamos sacar más grande en un futuro. Podemos hacer una de estas cosas, de menos a más útil, con cada señuelo:

1. Quitarle el anzuelo triple de la mitad (Cuando tiene tres).
2. Dejarle un solo anzuelo triple, bien sea el de atrás o el de adelante de acuerdo con el señuelo y el tipo de pez que buscamos.
3. Quitarle la barba o “muerte” al anzuelo triple que le dejamos.
4. Cambiarle el anzuelo triple por uno sencillo.
5. Quitarle la barba o “muerte” al anzuelo sencillo que le dejamos.
6. Cambiarle el anzuelo sencillo por uno en círculo (Circle hook).

Pescar de una manera que sea más justa con el pez nos hará mejores pescadores, más hábiles, experimentados y sabios.

Ahora bien, si pensamos en que el pez nos puede reventar la línea y escaparse con el señuelo pegado a la boca, estaríamos haciendo una apuesta muy pareja entre dos posibilidades: Que por el peso del señuelo y por las sacudidas que naturalmente dará el pez para liberarse aquel acabará por caerse, o que el pez finalmente se quede enredado en una planta o en una rama de un árbol sumergido. En cualquiera de los dos casos, mientras menos anzuelos tenga el señuelo, y mientras esos anzuelos tengan la rebaba o “muerte” aplanada, el pez estará multiplicando sus probabilidades de sobrevivir.

APAREJOS TERMINALES

Cuando usemos giradores o líderes para conectar la línea con el señuelo o el anzuelo deberemos ser especialmente cuidadosos con la calidad del nudo que hemos hecho. Ya vimos las consecuencias cuando un pez se va con el anzuelo enterrado, ahora pensemos si ese anzuelo o señuelo lleva consigo un girador o un líder metálico que queda colgando de la boca del pez. Se estará duplicando el riesgo para la vida de ese pez, ya que no podrá cazar ni comer libremente, y eso en un medio altamente competitivo como un río o una laguna, puede ser un factor determinante para que el pez muera al poco tiempo, eso si no se queda enredado en alguna rama. Este es un argumento más para que usemos líneas fuertes que el pez no pueda reventar.

Otra cosa son los plomos o plomadas que usamos para hundir la carnada. Usualmente están hechos de plomo, un elemento químico altamente tóxico que puede, mediante la exposición prolongada, producir mutaciones en las células (cáncer) de los peces y de los demás seres vivos que habitan o frecuentan ese cuerpo de agua, incluidos nosotros como pescadores. Procuremos utilizar plomadas de otros materiales, o tuercas y tornillos de acero adheridos con una cuerdita a la línea. Un peso o plomada es uno de los mayores riesgos para que la línea se rompa, ya que van atados o se deslizan sobre ésta, con lo cual la deterioran muy rápido sin que nos demos cuenta. La mejor opción es atar el peso o plomada mediante un pedazo de línea atado con un buen nudo a nuestra línea de pesca, o al girador o líder metálico.

PINZAS

Unas buenas pinzas de nariz delgada es todo el equipo necesario (Y hasta casi obligatorio) para la práctica de la modalidad de “Capture y Libere”. Las necesitaremos para coger firmemente el anzuelo que tiene clavado el pez en la boca y poder manipularlo con cuidado hasta liberarlo. Si las pinzas son muy grandes, o si su punta es muy gruesa, no podremos agarrar bien el anzuelo o no podremos moverlo para donde corresponda para que se suelte. Unas pinzas muy frágiles también nos dificultarán el proceso.

OTRAS “AYUDAS”

Para liberar los peces que capturamos encontraremos algunos equipos que parecen ser útiles para este fin, como “nasas” o redes con mango, ganchos para agarrar los peces por el labio, guantes, etc. Algunos nos servirán si sabemos cómo utilizarlos de forma que no le causemos daño al pez, como los ganchos para el labio. Otros nos podrán servir en algunos casos determinados, como las nasas. Pero definitivamente hay unos con los que le causaremos mucho daño al pez sin saberlo, como los guantes o los ganchos de cola. Más adelante cuando tratemos las técnicas para liberar correctamente los peces, veremos porqué no debemos usar algunas de estas “ayudas” y cómo debemos usar otras para liberar al pez en buen estado.

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